En Pukatriwe, lugar de los katriwes / lugar de cortes, localidad costera ubicada en la comuna de San Juan de la Costa, provincia de Osorno se llevó a cabo la primera jornada del plan anual de limpieza para el complejo ceremonial Pukatriwekeche, lugar donde existen varios espacios de alto valor espiritual y religioso para el pueblo mapuche williche, entre los cuales destaca la rucakura (casa de piedra) del Taita Wenteyao, lugar desde donde nace y se divulga la historia del abuelito wenteyao.
La iniciativa nace de la coordinación entre el Sindicato de pescadores de Pukatriwe, la Agrupación Chilkatujo ULagos, Comité de Salud Intercultural del Hospital Base San José de Osorno y la Dirección de Pueblos Originarios de la Universidad de Los Lagos, como una forma de preservar este espacio al cual acuden anualmente comunidades mapuche para renovar y fortalecer su espiritualidad, y también numerosos visitantes durante la temporada estival.
¿Quién es el Taita Wenteyao?
La historia del “Taita o Abuelito Wenteyao” está ligada a uno los espacios sagrados de mayor relevancia cultural y espiritual para el pueblo mapuche williche de la Fütawillimapu (gran tierra del sur).
Cuenta el relato de la roca del Taita Wenteyao, que un día, Wenteyao, -después de separarse de su hijo- inició una caminata hacia la costa de Pukatriwe, hasta cuyo lugar llegó el abuelito (Wenteyao) para mariscar y alimentarse, fue entonces que atraído por la belleza de una shumpall (sirena) y tras percatarse de la gran cantidad de algas y mariscos que se encontraban en la pequeña isla rocosa, ubicada al frente a la playa de Pukatriwe decidió quedarse a vivir ahí.
La rucakura del abuelito Wenteyao, es uno de los complejos ceremoniales y religiosos de mayor importancia para el pueblo mapuche williche, no obstante lo anterior, además del Taita Wenteyao, en la localidad de Pukatriwe existen varios sitios sagrados para el pueblo mapuche williche, constituyendo un gran complejo ceremonial, al cual acuden numerosas comunidades de San Juan de la Costa y Lago Ranco con el propósito de agradecer, renovar el compromiso y pedir permiso para realizar un nuevo nguillatún.
Actividad de limpieza
En el contexto de la protección y cuidado que merece el complejo ceremonial de Pukatriwe, organizaciones como el Sindicato de pescadores de Pukatriwe, la Agrupación Chilkatujo ULagos, Comité de Salud Intercultural del Hospital Base San José de Osorno y la Dirección de Pueblos Originarios de la Universidad de Los Lagos, llevaron a cabo la primera jornada de un plan de limpieza anual para el sector de Pukatriwe.
“Consideramos que es importante para nosotros como mapuche williche resguardar este espacio ceremonial, al cual acudimos siempre a pedir y agradecer. Es muy importante fortalecer este espacio para agradecer al ngen mapu (dueño protector de la tierra) que siempre nos acoge, ya que cuando creamos nuestra agrupación, desde el inicio decidimos venir a presentarnos ante el Taita Wenteyao. Este es un plan de trabajo y en las próximas semanas vendremos para limpiar nuevamente”, indicó Alen Colipan, estudiante de derecho ULagos y vocera de la Agrupación Chilkatujo ULagos.
En tanto Salvador Rumian, profesional de la Dirección de Pueblos Originarios de Pueblos Originarios ULagos, explicó que la actividad consistió en «la mantención de un complejo ceremonial, el cual abarca desde el río Contaco por el sur, hasta el rio Choroy por el norte, donde existen muchos sitios sagrados para el pueblo mapuche williche como Millalican, Canillo, entre otros. La idea es ir haciendo una limpieza, antes que llegue el tiempo de nguillatun que se inicia -en esta zona- a fines de noviembre y comienzos de diciembre».
«La idea es generar un plan, en el cual se espera la incorporación de comunidades y autoridades ancestrales, razón por la cual en noviembre ya estamos una segunda jornada de limpieza y otras a futuro para que con el tiempo se vayan sumando más comunidades, organizaciones urbanas/rurales y todas las personas interesadas en preservar el valor cultural/ritual que tiene el complejo Pukatriwe», concluyó Rumian.
